lunes, 30 de octubre de 2017

Venus

                                     Alma de otoño, Armand Point (1890)

    En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud, bajé al fresco y callado jardín.
En el obscuro cielo, Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

    A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante, bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

    «¡Oh, reina rubia! —díjele—, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

    y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar».
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.


Rubén Darío
(Azul, 1888)

jueves, 26 de octubre de 2017

La dama duende (fragmento)

                        Héspero, Joseph Noel Paton (1857)

Dª ÁNGELA
¿Estaréis muy disgustado
de esperarme?

D. MANUEL
                         No, señora;
que quien espera al aurora,
bien sabe que su cuidado,
en las sombras sepultado
de la noche oscura y fría,
ha de tener, y así hacía
gusto el pesar que pasaba;
pues cuanto más se alargaba,
tanto más llamaba al día.
Si bien no era menester
pasar noche tan oscura,
si el sol de vuestra hermosura
me había de amanecer;
que para resplandecer
vos, soberano arrebol,
la sombra ni el tornasol
de la noche no os había
de estorbar; que sois el día
que amanece sin el sol.
El alba, para brillar,
quiso a la noche seguir;
la aurora para lucir,
al alba quiso imitar;
el sol, deidad singular,
a la aurora desafía,
vos al sol; luego la fría
noche no es menester
si podéis amanecer
sol del sol después del día.

Dª ÁNGELA
Aunque agradecer debiera
discurso tan cortesano,
quejarme quiero (no en vano),
de ofensa tan lisonjera,
pues no siendo esta la esfera,
a cuyo noble ardimiento
fatigas padece el viento
sino un albergue piadoso,
os viene a hacer sospechoso
el mismo encarecimiento.
No soy alba, pues la risa
me falta en contento tanto;
ni aurora, pues que mi llanto
de mi dolor ¿no os avisa?
No soy sol, pues no divisa
mi luz la verdad que adoro,
y así lo que soy ignoro;
que solo sé que no soy
alba, aurora o sol; pues hoy
no alumbro, río, ni lloro.
Y así, os ruego que digáis,
señor don Manuel, de mí
que una mujer soy y fui
a quien vos solo alegráis
al extremo que miráis.

Calderón de la Barca
(La dama duende, 1629)

viernes, 20 de octubre de 2017

Homero, Hesíodo, Safo, Píndaro

                    El Partenón, Frederic Edwin Church (1871)

Homero, Hesiodo, Safo, Pindaro...
Kavafis, Elytis, Seferis, Ritsos...

Tales, Heraklito, Parmenides,
Sokrates, Platon, Aristoteles...

Greziak ez du muga fisikorik,
lurralde bat baino askoz gehiago...

Hölderlin, Nietzsche, Heidegger, Celan...

Oliba usaineko jakinduria,
bere buruaren uharte, itsaso
biribildu ezina, gatzaren kanta
zauri direnen belarrietan.

Hasiera bat, abiapuntu bat,
hari bat zeinari jarraitu,
argi hauskorren isla,
nora eta zergatik goazen
inoiz ez jakin arren.

Garai larrietan inongoak ez.
Lurra, kate. Goraka begira
sustraiak, argiz eta itsasoz.
Mugak oro lausotzea. Greziar...,
oinutsik hareari forma emanez.
Berriz hastea sorterri.

Aritz Gorrotxategi
(Muga, 2016) 


Homero, Hesíodo, Safo, Píndaro...
Kavafis, Elytis, Seferis, Ritsos...

Tales, Heráclito, Parménides,
Sócrates, Platón, Aristóteles...

Grecia carece de límites físicos,
ser más que un territorio...

Hölderlin, Nietzsche, Heidegger, Celan...

Sabiduría de aroma oliváceo,
isla de sí misma, mar
imposible de plegar, canto de sal
a oídos de quienes son herida.

Inicio, punto de partida,
hilo al que seguir, reflejo
de luces quebradizas,
a pesar de no saber nunca
a dónde vamos y por qué.

No pertenecer a ningún lugar
en épocas de penuria. Tierra que es cadena.
Raíces mirando hacia arriba, de luz y mar.
Disipar cualquier límite. Griegos...,
dando forma a la arena descalzos.
Que la patria sea comenzar de nuevo.

[Poema incluido en la antología bilingüe Muga, Ediciones El Gallo de Oro, 2016. Traducción al castellano del propio autor.]

lunes, 16 de octubre de 2017

Unha vez

               Mar con gaviotas, Nikolay Nikanorovich Dubovskoy (1911)

Unha vez houbo un home
que nunca dixo meu.
Petóu nas portas do mundo,
chamóu no meu corazón.
Falaba con palabras
que semellaban pombas.
As cousas á súa beira
púñanse brancas.
Nascíalle nos ollos un abrente
coma un río de luz,
ou coma un mar lonxano de gueivotas.
Un bálsamo de amor

tiña aquil home
pra ista miña dor
sin nome.


Celso Emilio Ferreiro
(Longa noite de pedra, 1962)


Versión al castellano de Un poema cada día

Una vez hubo un hombre
que nunca dijo mío.
Golpeó en las puertas del mundo,
llamó a mi corazón.
Hablaba con palabras
que semejaban palomas.
Las cosas a su vera
poníanse blancas.
Nacíale en los ojos un albor
como un río de luz,
o como un mar lejano de gaviotas.
Un bálsamo de amor
tenía aquel hombre
para este dolor mío
sin nombre. 

(Larga noche de piedra, 1962)

jueves, 12 de octubre de 2017

Ídols

                         El valle de los naranjos, Santiago Rusiñol (1901)

Aleshores, quan jèiem
abraçats davant la finestra
oberta al pendís d'oliveres (dues
llavors nues dins d'un fruit que l'estiu
ha badat violent, i que s'omple
d'aire) no teníem records. Érem
el record que tenim ara. Érem
aquesta imatge. Els ídols de nosaltres,
per la submisa fe de després.


Gabriel Ferrater
(Teoria dels cossos, 1966)


                Ídolos

Entonces, cuando yacíamos
abrazados frente a la ventana
abierta al desmonte de olivos (dos
semillas desnudas dentro de un fruto que el verano
ha abierto violento, y que se llena
de aire) no teníamos recuerdos. Éramos
el recuerdo que tenemos ahora. Éramos
esta imagen. Ídolos de nosotros
para la fe sumisa de después.


(Teoría de los cuerpos, 1966) 

[Traducción al castellano de José Agustín Goytisolo]

domingo, 8 de octubre de 2017

Discurso a los jóvenes

      Cabeza abstracta, Alekséi von Jawlensky (1864-1941)

De vosotros,
los jóvenes,
espero
no menos cosas grandes que las que realizaron
vuestros antepasados.
Os entrego
una herencia grandiosa:
sostenedla.
Amparad ese río
de sangre,
sujetad con segura
mano
el tronco de caballos
viejísimos,
pero aún poderosos,
que arrastran con pujanza
el fardo de los siglos
pasados.

Nosotros somos estos
que aquí estamos reunidos,
y los demás no importan.

Tú, Piedra,
hijo de Pedro, nieto
de Piedra
y biznieto de Pedro,
esfuérzate
para ser siempre piedra mientras vivas,
para ser Pedro Petrificado Piedra Blanca,
para no tolerar el movimiento
para asfixiar en moldes apretados
todo lo que respira o que palpita.

A ti,
mi leal amigo,
compañero de armas,
escudero,
sostén de nuestra gloria,
joven alférez de mis escuadrones
de arcángeles vestidos de aceituna,
sé que no es necesario amonestarte:
con seguir siendo fuego y hierro,
basta.
Fuego para quemar lo que florece.
Hierro para aplastar lo que se alza.

Y finalmente,
tú, dueño
del oro y de la tierra
poderoso impulsor de nuestra vida,
no nos faltes jamás.
Sé generoso
con aquellos a los que necesitas,

pero guarda,
expulsa de tu reino,
mantenlos más allá de tus fronteras,
déjalos que se mueran,
si es preciso,
a los que sueñan,
a los que no buscan
más que luz y verdad,
a los que deberían ser humildes
y a veces no lo son, así es la vida.
Si alguno de vosotros
pensase
yo le diría: no pienses.

Pero no es necesario.

Seguid así,
hijos míos,
y yo os prometo
paz y patria feliz,
orden,
silencio.


Ángel González
(Sin esperanza, con convencimiento, 1961)
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...